Aplausos para el nuevo tripartito y pitos para los ediles socialistas
Las duras intervenciones de los
portavoces de los grupos despertaron pasiones e inquietudes entre
sectores del público que asistió al pleno, que generó bastante tensión.
Javier Feo, Güímar
El debate plenario de la moción de censura en el Ayuntamiento de
Güímar causó una enorme expectación entre los vecinos de este pueblo de
la comarca del Sureste tinerfeño y los salones Noble y el de Hijos
Ilustres se encontraban completamente llenos de residentes, así como los
pasillos aledaños.
Las intervenciones de cada uno de los portavoces municipales, así
como el propio discurso del exalcalde, Rafael Yanes, despertaron muchas
pasiones entre los asistentes que se dieron cita en la mañana de ayer en
Casa Consistorial.
Los vecinos no escondieron su malestar con los concejales del grupo
municipal socialista y en infinidad de ocasiones sus representantes
sufrieron los pitos y abucheos de sectores del público; mientras el
triparto contaba con el efecto contrario entre asistentes, es decir, el
nuevo gobierno arrancaba constantes aplausos.
El apoyo o recriminación de los vecinos hacia los ediles de los
distintos partidos estuvo causada por la dureza de las intervenciones de
cada portavoz, consiguiendo los de CC, PP y AxG un importante respaldo
de los residentes presentes.
Sin embargo, el socialista Carlos Romero fue castigado por una buena
parte del público casi desde el principio de su discurso y tuvo que
interrumpir en más de una ocasión su intervención ante los constantes
abucheos entre frase y frase.
De hecho, los pitos hacia este edil socialista fueron más fuertes una
vez Romero intentó responder las durísimas críticas tanto de su
exsocio, el PP, como las que llevaron a cabo los portavoces nacionalista
y de AxG.
La casi imposibilidad de continuar con el discurso motivó al concejal
a solicitar a la mesa presidencial, que todavía no se encontraba
constituida oficialmente, a que tomase alguna medida para poder acabar
con la intervención que tenía preparada.
La petición realizada por el portavoz del PSOE no se llevó a cabo
finalmente porque desde las propias filas socialistas instaron a Romero a
que continuase y obviase, dentro de las posibilidades, los abucheos a
los que estaba siendo sometido con el propósito de no calentar más el
ambiente que de por sí ya tenía de la sesión plenaria.
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