La recuperación del cine Los Ángeles, en Güímar, siempre ha sido una prioridad para todos los partidos políticos del municipio, pero los trabajos de remodelación se han dilatado en el tiempo. La ex concejala de Patrimonio, Loly Rodríguez, de Coalición Canaria, y su compañero Javier Mederos, actual concejal de Hacienda han logrado impulsar, por fin, junto con los técnicos del Ayuntamiento y el Cabildo el deseado proyecto que todos los güimareros llevaban años esperando.
Para todos era una promesa electoral que siempre se abandonaba. Fue en la pasada legislatura cuando CC redactó un nuevo proyecto más acorde a las circunstancias económicas de la administración local e insular. Del ambicioso proyecto propuesto por el Cabildo en 2009, se pasó a uno más viable con el fin de dar uso de una vez por todas a un edificio que los ciudadanos de Güímar llevan solicitando desde hace muchos años como espacio polivalente y multicultural.
La redacción del nuevo proyecto para su remodelación supuso una inversión de 30.000 euros. Los arquitectos autores del proyecto fueron David Izquierdo Hernández y David Espejo Campos y del arquitecto técnico municipal y coordinador de Seguridad y Salud, Julio Alberto Pérez González.
Fue en 2015 cuando se adjudicó la obra de remodelación a la empresa Aransa por un importe que ascendió a 281.000 euros, financiada al 50 % por el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Güímar.
La obra ya está finalizada “tal cual se reflejó en el proyecto”, comenta Francisco del Rosario (PP), actual concejal de Patrimonio y Urbanismo del Ayuntamiento de Güímar. Pero, no será hasta septiembre su inauguración. El motivo no es otro que “al pasar el Organismo de Control Autorizado (OCA) se ha detectado que hay un error en el proyecto de ingeniería, y para este tipo de locales de pública concurrencia debe contar con un grupo electrógeno auxiliar que permita la evacuación del recinto”, comenta el edil del PP. Tras este contratiempo, se ha redactado un modificado del proyecto que le costó al Ayuntamiento y al Cabildo 18.000 euros. Además, esta nueva modificación debe contar con una autorización de Patrimonio Histórico y de Carreteras por la localización del inmueble, que se sitúa en la avenida Obispo Pérez Cáceres. “Solo falta la autorización de carreteras y en cuanto esté, se adjudicará la obra a la misma empresa, Aransa, para que la finalice”, apostilla el concejal. Francisco del Rosario adelanta que “el concejal de Cultura, David Román (PP), ya ha encargado la redacción del proyecto para el mobiliario, y así culminar con su equipamiento”. El área de Cultura del Cabildo tinerfeño está en disposición de financiar el equipamiento y se espera que en septiembre los güimareros puedan ver inaugurado el edificio que se pasará a llamar ECLA, Espacio Cultural Los Ángeles.
HISTORIA POR JUAN MANUEL PÉREZ
El fundador del cine Los Ángeles fue Francisco Almeida Medina, persona amante del Séptimo Arte y muy ligada al cine Numancia de la capital tinerfeña, y al desaparecido teatro-cine Güímar. En el año 1934 levantó el edificio de estilo modernista según los planos realizados por el arquitecto Félix Sáenz Marrero, con una superficie de 327 metros cuadrados, un aforo de 320 personas en butacas y 100 en general.
En el cinema Los Ángeles se colocó una pantalla de tela de forma cuadrangular, y a ambos lados dos sirenas del pintor gaditano Manuel López Ruiz. Actualmente se encuentran en el hall del Teatro Leal de La Laguna. Fue el primer cine de la localidad que montó el sistema Mascope, consistente en pantalla y motores.
Desde el año 1937 hasta el 1960 trabajó como operador José Lorenzo Pérez Campos, conocido como Pepe Reyes, quién se hizo cargo del cine desde el año 1960 hasta el 1985, pasando luego a los herederos de la familia Almeida. Aparte de las sesiones de cine, se celebraron bailes, entregas de premios del concurso Gente Menuda, de Radio Popular de Güímar, y numerososas actuaciones como la realizada por Las Marys de Arafo. Sobre los años noventa, el local se utilizó para realizar ciclos de cine organizados por el Ayuntamiento o Caja Canarias y hasta riñas de gallos. Luego se transformó en sala de billares y más tarde en tienda de juguetes.
Corría el año 1998, cuando el Cabildo adquirió el edificio y los terrenos contiguos para la ampliación de sus instalaciones. Poco después, lo cedió al Ayuntamiento con la finalidad de dotar al municipio de un centro donde se pudieran desarrollar actividades culturales, como ya había ocurrido con otros pueblos de la isla de Tenerife.
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