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El Ayuntamiento de Güímar, uno de los pocos de la isla de Tenerife que tiene la etiqueta de primera categoría, pese a disponer de menos de 20.000 habitantes, pretende “autodescenderse” a segunda categoría, como reconoce la alcaldesa Carmen Luisa Castro, que así se lo ha hecho saber a Función Pública. ¿Cuál es el motivo de este descenso? Teóricamente, no es otro que el hecho de poder disponer de un interventor o interventora fijo, y no como ahora, que cuenta con Ruth Arteaga, a la sazón secretaria municipal en Arafo, como interventora acumulada, solo en horario de tarde, “cuando no hay ningún funcionario”, explica la regidora municipal.
El Ayuntamiento de Güímar, uno de los pocos de la isla de Tenerife que tiene la etiqueta de primera categoría, pese a disponer de menos de 20.000 habitantes, pretende “autodescenderse” a segunda categoría, como reconoce la alcaldesa Carmen Luisa Castro, que así se lo ha hecho saber a Función Pública. ¿Cuál es el motivo de este descenso? Teóricamente, no es otro que el hecho de poder disponer de un interventor o interventora fijo, y no como ahora, que cuenta con Ruth Arteaga, a la sazón secretaria municipal en Arafo, como interventora acumulada, solo en horario de tarde, “cuando no hay ningún funcionario”, explica la regidora municipal.
Castro, tras consultas a Función Pública, entiende que la mejor opción para lograr tener un interventor fijo es la bajada de categoría, porque hay más oferta para ocupar esa plaza, así como en el caso de la Secretaría General, que desde 2009 ocupa Marisa Santos, aunque en realidad su plaza es de vicesecretaria.
Castro niega que esta propuesta, prevista para el pleno del jueves, tenga que ver con las malas relaciones actuales con la interventora y la secretaria, pero admite, eso sí, que “al bajar de categoría también pagaríamos menos a estos altos funcionarios”.
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