Sucedió en la madrugada del jueves, cuando a las seis de la mañana, tras una llamada del 1-1-2 a la Policía Local de Güímar, se activaron los Servicios Municipales ante la inundación que se había producido en la parte baja del caserío de El Socorro, donde tradicionalmente cuando llueve torrencialmente, como hizo esa noche, unido a las llamadas mareas vivas, se forma un gran charco en la bocana del barranquillo de El Caserío, que impide el tránsito a algunas casas y a su vez rebosa alcantarillas que producen vertidos procedentes de una veintena de viviendas.
Con la ayuda de una gran pala mecánica, los operarios de Servicios Municipales abrieron una zanja para evitar el empozamiento de las aguas procedentes del barranquillo y de la marea, al situarse la zona de paso por debajo del nivel del mar.
Precisamente ayer, la alcaldesa de Güímar, Carmen Luisa Castro, se reunió en el Cabildo con el presidente Carlos Alonso para trasladarle la necesidad de afrontar el proyecto de la estación de bombeo, que debe realizarse fuera del caserío y tras un paseo marítimo para el que Costas debe dar el consentimiento. También se habló de la necesidad de mejorar el espigón de la playa del pozo de la Virgen, que se ha ido erosionando con el tiempo.
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