Las Burras dieron el pistoletazo de salida al Gran Carnaval de Güímar. Tras dos años de espera, la noche de Las Burras fue ansiada más que nunca, quedándose la Plaza de San Pedro pequeña, a pesar de que este año se redujera el escenario para brindar cercanía al público, para los centenares de personas allí congregadas.
Un gran desfile de personajes descendieron hasta la Plaza de San Pedro. Todo comenzó con la procesión del Entierro de la Sardina, acompañada por viudas y campesinos, con la ya tradicional representación de la venta del cochino negro en la plaza. Es allí donde las burras (brujas disfrazadas de tal animal) hacen acto de presencia, increpando así a los campesinos que se encontraban en la plaza y, tomando estos la justicia por sus manos, les clavan cuchillos para deshacerse de ellas.
Este hecho hace que se enfurezcan más, consiguiendo que las brujas invoquen al mismísimo demonio y realicen un aquelarre, cobrando la plaza un color rojizo, impregnado por la aparición del demonio, acompañado por sus pequeños diablos, además de los fantasmas y aristócratas que hicieron acto de notoriedad. Pero la maldad no podía imperar en una noche como ésta. La Santa Inquisición, encabezada por el Obispo, acompañado por sus frailes, entra en la plaza, haciendo caer a los pequeños diablos con la propia música celestial que la acompaña, pura afección para los oídos de estos seres alados.
El Obispo fue el encargado de llamar al arcángel San Miguel, el cual descendió de los cielos y junto a sus ángeles, tras una afanosa y estoica batalla con el diablo, pudo hacer reinar el bien terminando con él. Muerto el demonio, muertas las brujas, debidamente quemadas en la hoguera, junto con la Sardina, que fue precedida por una comisión a su entrada en la Plaza, entre cornetas y tambores, así como los moteros, que parecían ser traídos del mismo infierno. En esta edición la novedad fue la aparición del Perro Maldito de Valsequillo, siendo un diablo disfrazado de can.
Con la quema de la Sardina, se dio fin a esta representación de Las Burras, pensando ya en la siguiente edición, ya que este espectáculo es un esfuerzo de meses, un trabajo constante todo el año. Las Burras es un espectáculo visual único en la isla, el cual combina leyendas y tradiciones locales, que viene desarrollándose desde hace 25 años, desde que en 1992 fuera impulsada por Javier Eloy Campos, artista e historiador güimarero.
El cierre de esta jornada carnavalera corrió a cargo de la Orquesta Tropin y DJ Henry García.
El concejal de Cultura, David Román Escobar, aprovechó para felicitar a todos los componentes de este acto, recalcando que «es un acto que hace la gente del pueblo, por y para el pueblo», y dar su «agradecimiento a todos los participantes, burras, diablos, ángeles, Inquisición, demonio, equipo de moteros, equipo Loli Pérez, visitantes de Valsequillo, maquilladores, Protección civil de Arafo, policía local, bomberos, etc.» por hacer de esta noche un hito anual que cada vez tiene más relevancia. «Especial mención a Francisco Bejarano Tabares, por saber sacar lo mejor de su equipo dando el resultado mostrado este pasado viernes», y recordarles que «tendrán siempre su apoyo institucional».
Segunda jornada carnavalera
El carnaval güimarero finalizó hoy, día 12, con los más pequeños de la casa con el Carnaval infantil a partir de las 17:00 horas en la Plaza de San Pedro. Castillos hinchables, talleres de antifaces y maquillajes, caretas, disfraces…, formaron parte esta tarde compartida en familia, estando amenizada, en todo momento, con actuaciones de grupos como la Escuela Municipal Sudokan ‘Andreína Acosta’, Club Patín Isanir o los Titirimúsicos.
A las 20:30, les tocó el turno a las murgas adultas Zetas Zetas, Diablos Locos y Bambones, quienes hicieron vibrar a la plaza con sus temas críticos y bailar con sus pegadizos pasacalles.
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