Desde hace días, Güímar cuenta con un nuevo monumento que recupera parte de su historia, ‘El Cilindro’, máquina que comenzaba su andadura en este municipio, concretamente, con la repavimentación de la carretera que une el casco de Güímar con El Puertito, y que coincide con el lugar actual de ubicación, la carretera TF-612, próxima al área de la conocida Puzol.
Tal y como especifica el propio cartel informador instalado junto a este nuevo monumento, la máquina que se expone es una apisonadora, o cilindro, fabricada por la empresa Luis Grasset, S.A., de Madrid, bajo licencia del fabricante de origen francés Richier, exactamente, del tipo VR15, con número de serie 001, teniendo como función la compactación o densificación de la grava o “china”, de diferentes tamices y tamaños, durante el proceso de pavimentación, anotando como curiosidad que el operario de la máquina trabajaba de pie en ella, siendo su primer conductor don Ramón Barrera Hernández y, posteriormente, don Juan Salamanca González.
Referente a cuestiones técnicas, se trata de una apisonadora de tres cilindros (el delantero segmentado en dos unidades), de quince toneladas de peso en vacío y dotada de un motor fabricado en Madrid por la empresa Perkins Hispania, S.A., con licencia de F. Perkins Limited, de Peterborough (Inglaterra), un motor diésel de seis cilindros en línea que dispone de una potencia máxima de 40 CV. y permite mover la máquina a una velocidad de 8 a 12 kilómetros hora.
Fue adquirida en el año 1970 por la empresa Antonio Pérez Campos, de Güímar, conocida popularmente como ‘Los Peneras’ y la cual formaba parte de una Sociedad Civil integrada por Antonio Perez Campos como contratista y, por sus hermanos Domingo y Juan Pérez Campos como socios industriales, tal y como informa Antonio A. Pérez Pérez, hijo del primero; habiendo estado operativa hasta bien entrado el año 1980, luciendo siempre el característico color amarillo que presenta ahora, tras la restauración y acondicionamiento que se ha realizado.
Además de lo citado con anterioridad, realizó innumerables trabajos de pavimentación en el casco urbano y barrios, participando además en la ctra.TF-247, de Malpaís – Cuevecitas – Araya (conocida como carretera de Los Peneras), la ctra.TF-525, de Güímar – Arafo, y la ctra.TF-617, de El Tablado a El Escobonal, además de otros trabajos en municipios como Los Realejos, Granadilla y Arona, entre otros; un largo recorrido realizado que también sufrió varias vicisitudes durante su vida útil, llegando incluso a volcar en dos ocasiones.
«Desde el Excmo. Ayuntamiento queremos dar las gracias a la extinta empresa Antonio Pérez Campos, y en particular a don Antonio A. Pérez Pérez (hijo) por la documentación que ha facilitado; así como también a la empresa Transportes Modesto, S.L., por su generosa donación de esta valiosa a esta Casa Consistorial y, por ende, al pueblo de Güímar, para mantener viva y poder seguir recuperando la historia que ha conformado este municipio» – añade la alcaldesa, Carmen Luisa Castro Dorta.
Tal y como especifica el propio cartel informador instalado junto a este nuevo monumento, la máquina que se expone es una apisonadora, o cilindro, fabricada por la empresa Luis Grasset, S.A., de Madrid, bajo licencia del fabricante de origen francés Richier, exactamente, del tipo VR15, con número de serie 001, teniendo como función la compactación o densificación de la grava o “china”, de diferentes tamices y tamaños, durante el proceso de pavimentación, anotando como curiosidad que el operario de la máquina trabajaba de pie en ella, siendo su primer conductor don Ramón Barrera Hernández y, posteriormente, don Juan Salamanca González.
Referente a cuestiones técnicas, se trata de una apisonadora de tres cilindros (el delantero segmentado en dos unidades), de quince toneladas de peso en vacío y dotada de un motor fabricado en Madrid por la empresa Perkins Hispania, S.A., con licencia de F. Perkins Limited, de Peterborough (Inglaterra), un motor diésel de seis cilindros en línea que dispone de una potencia máxima de 40 CV. y permite mover la máquina a una velocidad de 8 a 12 kilómetros hora.
Fue adquirida en el año 1970 por la empresa Antonio Pérez Campos, de Güímar, conocida popularmente como ‘Los Peneras’ y la cual formaba parte de una Sociedad Civil integrada por Antonio Perez Campos como contratista y, por sus hermanos Domingo y Juan Pérez Campos como socios industriales, tal y como informa Antonio A. Pérez Pérez, hijo del primero; habiendo estado operativa hasta bien entrado el año 1980, luciendo siempre el característico color amarillo que presenta ahora, tras la restauración y acondicionamiento que se ha realizado.
Además de lo citado con anterioridad, realizó innumerables trabajos de pavimentación en el casco urbano y barrios, participando además en la ctra.TF-247, de Malpaís – Cuevecitas – Araya (conocida como carretera de Los Peneras), la ctra.TF-525, de Güímar – Arafo, y la ctra.TF-617, de El Tablado a El Escobonal, además de otros trabajos en municipios como Los Realejos, Granadilla y Arona, entre otros; un largo recorrido realizado que también sufrió varias vicisitudes durante su vida útil, llegando incluso a volcar en dos ocasiones.
«Desde el Excmo. Ayuntamiento queremos dar las gracias a la extinta empresa Antonio Pérez Campos, y en particular a don Antonio A. Pérez Pérez (hijo) por la documentación que ha facilitado; así como también a la empresa Transportes Modesto, S.L., por su generosa donación de esta valiosa a esta Casa Consistorial y, por ende, al pueblo de Güímar, para mantener viva y poder seguir recuperando la historia que ha conformado este municipio» – añade la alcaldesa, Carmen Luisa Castro Dorta.
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